La proteína principal de plato es el conejo, una carne no muy usada pero que es muy rica y sin apenas grasa, en concreto usaremos el lomito del animal cortado en medallones (lo venden ya con este corte no hay que volverse loco) que simplemente freiremos con poca aceite (de oliva virgen mucho mejor). Por otro lado cogemos unos albaricoques y ciruelas que cortamos en forma de gajos y salteamos en una sartén a la que posteriormente añadimos medio vaso de Jerez seco; damos un hervor fuerte y reservamos la fruta. En la misma sartén donde hemos hecho el conejo le añadimos el Jerez que habíamos echado en la fruta y dejamos que coja todo el sabor del conejo y con ello salseamos los trozos de conejo y acompañamos de la fruta.
Este plato me gusta acompañarlo con cous-cous ya que me parece que compagina muy bien. Hasta no hace mucho debido a que no tenía olla de cocer al vapor no me salía muy allá ya que no me quedaba muy suelto. Por suerte visitando Trujillo tuve la suerte de conocer la posada Dos Orillas donde comí maravillosamente (y donde los ignorantes podemos quitarnos tópicos de la comida extremeña) en ella me dieron este truquito para que quede mas suelto. Primero hay que poner tanto por tanto de cous-cous como de agua, el cous-cous se hidrata un poco con aceite de oliva en un bol y el agua se pone a hervir con sal (se le puede añadir alguna especie para cambiar un poco el gusto) cuando rompa el hervor se añade al cous-cous y se deja infusionar hasta que desaparezca el agua y es cuando se puede mover con las manos para que quede suelto.
Apunte: me he referido todo el rato a cous-cous (o cuscús) para referirme a la sémola de trigo duro precocido pero en España es con el nombre que se vende y que se encuentra comercialmente. Cuscús seria el plato de la cocina tradicional marroquí con cordero, verdura y especias con la citada sémola.
