Vamos a lo que va ser el leit motif de este blog, la sencillez. Todas las recetas que cuelgo creo que se basan en que cualquiera puede hacerlas. Con ello no quiero decir que no tengan ninguna dificultad o que yo tengo un nivel del copón y que lo hago para inútiles. Nada de eso, creo que el hecho que nos empuje a la cocina a diario, es que podemos hacer platos que con poco tiempo podemos disfrutar con nuestros seres queridos. Es cierto que hay días que nos atamos la manta a la cabeza y nos lanzamos a nuestra cocina para estar todo el tiempo que sea necesario para hacer cosas especiales.
Pero como he dicho antes el dedicarnos una barbaridad de tiempo a la cocina es una excepción; y este blog cuando sea un día especial lo comentara pero hoy toca un plato clásico, pero maqueado para hacerlo sencillo pero no menos bueno. En este caso son los canelones de toda la vida pero en lugar de dedicarle tiempo a un relleno jugoso y sabroso, simplemente lo sustituimos por una buena salchicha de carne. La que nos guste, ya sea de cerdo, de pollo o de lo que se le ocurra a tu carnicero, pero que tanto te gusta porque es jugosa y tiene ese sabor que las distingue de las demás…
Para hacerlo más sencillo he cogido placas de canelón de las que simplemente hay que hidratar, con ellas envuelvo las salchichas previamente salteadas. En un recipiente para el horno pongo en la base un poco de tomate triturado, encima del mismo los canelones ya rellenos y para terminar cubro con una bechamel y rallo un poco de queso curado por encima, lo gratino todo y ha comer…Me encantan estas recetas en las que disfruto de la sencillez con la boca llena.
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