Hoy trato de darle una vuelta de tuerca a la simplicidad. Maravillosa simplicidad, minimalismo o como leches lo queramos llamar. Pero no hay nada más genial que un almuerzo de tortilla de patatas, jamón y pimientos verdes fritos; un buen pan (que importante es un buen pan) y disfrutar de un buen sitio al aire libre. Ah, y buena compañía, la buena compañía mejora los alimentos. Quien no ha salido medio cabreado en una comida de empresa o comiendo solos, todo es más insulso, apetece menos y empalaga aunque la comida estuviera genial. Con amigos, familiares o con tu pareja todo eso cambia la comida es un festín, bueno algunas veces no pero si la mayoría, sino háztelo mirar, tu fobia social excesiva (una poca no es mala revitaliza el alma) es para visitar especialista.
Bueno que me voy del tema, la verdad es que no se por donde empezar con esta receta porque no es que sea sencilla, es lo siguiente. Simplemente es hacer LA tortilla de patata que más os guste (ya he hablado de ella otras veces) y cuando esta bien bonita… la rompéis, la metéis en un recipiente y la trituráis hasta que adquiere un punto pastoso como pate. Con un buen jamón cortado en loncha, ponéis vuestra pasta de tortilla de patata en el centro y envolvéis. Lo acompañáis de unos buenos pimientos verdes frititos y ha zampar. Se puede también añadir de una salsa de tomate; pero yo me decidí por una buena ensalada de tomate (que no veis en la foto) con lo que me pareció excesivo el acompañamiento de la salsa.
Como he dicho es una manera distinta de comer algo que todos hemos comido pero para sorprender de vez en cuando viene muy bien. Además así os las podéis dar de gran cocinero haciendo un plato al alcance de cualquier niño, que es lo que hago yo (esto es un secreto no lo difundáis)
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