De pasada en el anterior post dije que siempre hay que exigir una calidad mínima y así es; hay productos, unos mejores que otros o que se adapta mejor a nuestros gustos personales pero no se puede permitir que nos tomen el pelo; es decir, que no tenemos que pagar a precio de oro la calidad sino que todo producto debe llegar a unos mínimos o desparecer. Por ello como consumidor hay que mirar bien las indicaciones, ver donde viene el producto no solo donde se embasa, probar varias marcas y buscar esa que nos guste y nos cuadre nuestro presupuesto hogareño.
En este caso voy daros la receta de un codillo que viene ya cocido en su propio jugo, al que simplemente le retiramos la grasa excesiva que le acompaña y la ponemos en una fuente de pirex, con un poco de cebolla y vino blanco. Se deja en el horno precalentado a 160º C una hora. Para acompañar se fríen unas patatas en rodajas pero muy poco y luego en una sartén se hecha un poco de bacón (y algo de la grasa que retiramos) y se le va dando el tono dorado a las patatas que más nos gusten.
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